Descendió de su caballo e ingresó a un castillo que lucía fríamente desolado.
Su corazón latió aprisa cuando su vista se dirigió a una habitación iluminada. ¡Allí estaba la princesa! Era hermosísima y estaba durmiendo. Sin poder contenerse se acercó hasta su lecho y besó tiernamente sus mejillas. El castillo se iluminó y el príncipe sonrió feliz, pues despertar la princesa, todos en el castillo volvían a la vida.
La Bella Durmiente miró a los ojos de su héroe y entendió que lo amaba. Se tomaron de las manos y el rey concedió su permiso nupcial al pedido del príncipe. Viajaron a otro país fueron muy felices. La pesadilla había terminado.
FIN
Muy bien, Adrián. Pero recuerda que éste es tu cuaderno de lengua, es decir: espero encontrar en él también los esquemas y ejercicios de clase.
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